martes, 22 de enero de 2008

Mandame un e-mail

Me asombra como una canción horrible puede ilustrar tan bien miles de situaciones. Esa canción que anduvo girando por las radios hace un tiempo, que decía algo como "mandame un e-mail si no te conectás al messenger".

Durante, más o menos, dos años frecuenté el chat de Ciudad Internet en busca de... algo. Sinceramente, no estaba interesad en el levante. Al menos no exclusivamente en eso. Confieso que muchas veces, en momentos de desesperación y malaria, me puse a chatear con el primer tipo que aparecía y los resultados, en general, no eran muy satisfactorios. Ahora, a la distancia, después de tres o cuatro años de no entrar a una sala de chat, puedo decir que los "amores de internet" son los peores, que son falsos, efímeros, engañosos. Yo no creo esas estadísticas de parejas que viven felices por siempre después de conocerse chateando, mi experiencia no me lo permite.

Tengo un par de historias de chat. Historias de fracasos amorosos, claro. También tengo historias de amistades por chat, esas son las más lindas pero no encajan mucho con el blog. Eso sí que lo creo: la amistad por chat. Puede durar poco, puede ser un simulacro de amistad, no amistad de verdad pero mientras dura es lindo. El "simulacro de amor" no, de eso siempre sali mal y prefiero no repetirlo jamás.

miércoles, 16 de enero de 2008

Amores de verano

Los amores de verano son algo muy particular. Durante las vacaciones vale todo, hasta olvidarse por una semana o más, de nuestra patética soltería. En vacaciones ser soltera es el estado civil ideal, todas queremos divertirnos y volver a casa sin culpas ni remordimientos. Ese es un lujo que solamente las solteras podemos darnos.

A ningún hombre le importa que seamos unas fracasadas, ellos también quieren divertirse; y probablemente no lo volvamos a ver, así que ni vale la pena engancharse. Engancharse es un error muy grande. Muy pocas son las parejas que comenzaron como un amor de verano y duraron, es una ilusión de quinceañera creerse que de verdad él nos va a llamar y nos vamos a volver a ver cuando volvamos a nuestras vidas. Es cuestión de sentido común: si un hombre no nos llama después de un par de citas a pesar de decir "te llamo" ¿por qué nos va a llamar uno al que apenas conocemos y que, normalmente, vive a largos kilómetros de nosotras?

El error de engancharme con un hombre que conocí en vacaciones lo cometí muchas veces y la que más lástima me di fue hace como tres años, cuando conocí a un chico que parecía ser perfecto: Dante. Estuvimos juntos toda la noche y no sé por qué estúpido motivo se me ocurrió preguntarle si tenía novia. No sé para qué, a mi qué me importaba? Me dijo que no y le creí como le creí todas las otras cosas que me dijo esa noche. Intercambiamos celulares para volver a vernos, encima vivía cerca de mi casa en Buenos Aires, era ideal.

Al día siguiente le mandé un mensaje de texto para saber cómo andaba y cosas así. Me contestó y me pedía perdon por haberme mentido porque hacía no sé cuánto tiempo que tenía novia. No sé lo que le contesté, creo que ni lo pensé. Me molestó su mentira y me di risa, la culpa fue mia por creerme que podía llegar a encontrar a mi príncipe azul en un boliche y de vacaciones.

jueves, 3 de enero de 2008

Suspensión por vacaciones

Pese a la poca vida que tiene el blog, esta noche me voy de vacaciones, por lo cual voy a dejar en suspenso la actividad de Historias de una perdedora. Cuando vuelva seguiré escribiendo y contando otras historias. Espero que los lectores aumenten y saber que escribo para alguien.

También espero que estas vacaciones traigan algo nuevo, como el 2008 que a pesar de la borrachera que conté el otro día, empezó más que bien, con buenas noticias y nada más. No hace falta nada más cuando las cosas salen como una quiere.

Novedades a la vuelta, ¡nos leemos en una semana o más!

martes, 1 de enero de 2008

Feliz año les desea Hepatalgina

Empecé el año de una de las peores maneras posibles: abrazada a un inodoro ajeno, vomitando toda la comida y la bebida ingerida durante la noche. Eran las dos de la mañana, mis planes de salir a divertirme, bailar y, con suerte, conocer a alguien quedaron para el olvido igual que la noche de fin de año.

Me tomé todo, literalmente. Yo quería terminar con unos cuantos tragos encima y la alegría característica de cualquiera que se pasó de copas pero me pasé de más. Mi hígado me está odiando hasta este momento y con toda razón, le prometí muchas veces que no lo iba a hacer más.

Hasta acá parece todo mal pero esta mañana, cuando por fin pude volver en mi, me di cuenta de que es el primer año que lo empiezo así y que, en una de esas, el 2008 me trae otras cosas nuevas. A juzgar por cómo empezó, es posible que no sean muy buenas pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Dicen.

Por primera vez en un año nuevo me perdí de salir por estar completamente borracha y querer tirarme a dormir más que nada en el mundo. Nada de horribles pasas de uvas o bombachas rosas. Es la primera vez que no como pan dulce, que no como budín, que no tomo sidra la tarde del primero. Este comienzo de año cambiaron muchas cosas, por desesperanza un poco y por una borrachera un poco más. Como dije, espero que las cosas cambien, y que cambien mucho a lo largo de todo el año, o por lo menos hasta la próxima borrachera de año nuevo.