tag:blogger.com,1999:blog-86656612449460042802024-03-12T20:50:38.088-03:00Historias de una PerdedoraBlancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-14620864058133256722008-05-14T15:56:00.001-03:002008-05-14T15:58:33.675-03:00EsperandoLo llamé esta mañana porque no sé qué tiene la PC de una de las personas a mi cargo y todavía no vino.<br /><br />Después se hace el galán...Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-87668409493299226902008-05-12T09:54:00.002-03:002008-05-12T10:02:26.940-03:00...y mediaLo raro de habermelo encontrado en la calle no fue el encuentro en sí (aunque debo admitir que siempre me sorprende encontrar en la calle a personas de un ámbito específico) sino lo que pasó. Por empezar, me reconoció no solo por mi nombre sino por "el trabajo". Es decir, mi sector y por qué tuvo que ir a mi oficina unos días antes. "Vos sos la que tuvo X problema con la PC". Era exactamente yo.<br /><br />No me acuerdo si venía de la casa o si iba a la casa, no es importante. Estuvimos un rato hablando hasta que empecé a despedirme porque se me estaba haciendo tarde y el diálogo que atrasó la despedida oficial fue de lo más sorpresivo, más que todo lo anterior.<br /><br />Alejo: ¿Ya te vas? Bueno, nos vemos. Es lindo verte así.<br />Blanca: ¿Así cómo?<br />A: Así, fuera del trabajo. Estás más linda y todo.<br />B: Bueno, gracias, pero no creo. Mirá la hora que es y estuve afuera todo el día... no me parece que pueda estar ni un poquito más linda sino todo lo contrario.<br />A: Como digas, para mi sí.<br />B: Jajaja... Gracias.<br />A: No hay de qué.<br /><br />No dejó de sonreir, me dio un beso en la mejilla y se fue. Al día siguiente, como esperaba, me llamó al interno de la oficina a media mañana.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-87322674838323428552008-05-09T15:32:00.002-03:002008-05-09T15:51:22.980-03:00Sorpresa...Todavía no hablé con Lisandro. Algo más importante pasó en el medio. Algo que duró muy poco pero que estuvo bueno y la pasé bien.<br /><br />No lo podía creer: mientras andaba llorando por los rincones por mi soledad y viviendo del pasado, el pasado mismo se presentó con nombre y apellido, en persona: apareció Lisandro. Eso no me sacó del estado anterior pero fue como una epifanía. ¿Qué hacía esta porción tan lejana del pasado en mi monótono presente? No sé.<br /><br />Mi monótono presente se vio alterado por otra persona. Apareció Alejo, el chico de sistemas que le escapa a todos los cliches de la gente de sistemas. Por suerte. Después de un par de visitas extraordinarias a mi oficina por anormalidades en mi PC, me di cuenta que me gustaba pero que no me daba bola, como todos los demás. Así que ya me estaba por preparar para anotarlo en la lista imaginaria de "Hombres Que Me Gustan Pero Ni Me Registran" cuando pasó lo inesperado: me lo crucé en la calle, a una cuadra de mi casa.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-51617459454524260472008-04-17T09:42:00.002-03:002008-04-17T09:49:42.705-03:00Los regresos posibles IIDesde que lo ví en el negocio hasta hoy, estoy buscando una forma de hacer que se entere que soy yo, la de los mails, la amiga de internet. Tiene que haber una forma que no sea decírselo porque no me animo. Sé que si me planto frente al mostrador y le digo "Hola Lisandro, soy Blanca Loser ¿te acordás de mi?" me voy a poner roja como un tomate y me voy a tener que ir corriendo.<br /><br />Odio ser así de tímida para estas cosas. No sé por qué no podré ser igual de extrovertida que para todo lo demás, no puedo ser tan insegura. Si sé que lo único que quiero de él es que me conozca y hacer lo que sea necesario: cerrar la historia que empezó y no terminó hace años o continuarla, pero no dejarla así ahora que se me presenta la oportunidad. El problema es que no me sale. Me conozco y sé que me voy a quemar el cerebro pensando miles de planes imposibles para que se entere que soy yo.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-30938499890347381572008-04-15T14:09:00.003-03:002008-04-15T14:21:52.631-03:00Los regresos posiblesDespués de un mes de ausencia me decidí a volver con una historia nueva y actual. No es como las que vine contando hasta ahora, cosas que pasaron hace unos años, sino que se podría decir que está contada en tiempo real. A lo mejor es algo bueno hasta para mi ir contando lo que pasa a medida que pasa, valga la redundancia.<br /><br />El título de este post se refiere a mi regreso al blog y al regreso del protagonista de esta historia a mi vida. Eso pasó hace, más o menos, dos semanas. Volvió sin que lo llamase. Podría decirse que yo volví sin que me llamara también porque fue la casualidad la que nos juntó. Él no sabe quién soy. A mi no me molesta que no lo sepa (por ahora), lamento saber yo quién es él y no animarme a decirle nada.<br /><br />Todo empezó hace muchos años, cuando empecé a descubrir internet. Duró unos meses, de julio a abril, más o menos, y nunca pasó de nivel hasta ese día hace dos semanas. Tampoco fue una relación muy profunda mientras nos conocíamos por internet: en aquel momento, la conexión de banda ancha no había llegado a todos los hogares así que nos escribíamos mails cada tanto. Los dos sabíamos del otro que vivíamos en el mismo barrio y nuestros nombres. Yo sabía de él su familia tenía un negocio en el centro. Y nada más.<br /><br />Después de aquellos meses de mails, no hablamos más y no nos vimos nunca. Hasta que la casualidad y la urgencia me llevó a tener que comprar algo en el negocio de su familia y ahí estaba, atrás del mostrador. Nunca había ido a comprar ahí, solamente había pasado por la puerta pero desde la calle no se veía. Ahora estaba adentro; yo junto a la puerta mirando para todos lados como si hubiese algo digno de darme vergüenza y él en la suya porque no tenía idea de quién era yo, no era otra sino una clienta más.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-82185261385452625412008-03-11T14:16:00.004-02:002008-03-11T14:30:04.678-02:00Una viaje de idaDiego vivía cerca de mi casa, de mi casa anterior porque después me mudé. Eramos casi vecinos y yo nunca me había dado cuenta. Con un poco de ingenio y contactos conseguí su dirección exacta, estaba a tres cuadras de mi casa y me quedaba de paso a la vuelta del colegio.<br /><br />Al año siguiente de haberlo conocido, cuando me empecé a enamorar de él, volví al club en verano pero ya no a la colonia sino que iba a la pileta y a juntarme con los amigos que me había hecho. Él estaba siempre ahí, trabajando. Yo lo miraba, él me saludaba y yo era feliz. Empezaron las clases ese año y yo dejé de ir al club así que lo dejé de ver todos los días. Por eso había ideado el plan de pasar todos los días por la puerta de su casa que ya sabía dónde era y, en una de esas, me lo cruzaba en la calle. Eso pasó una sola vez en dos años.<br /><br />El teléfono de Diego lo tenía. En la colonia se habían asegurado que nuestros padres tuvieran los números de teléfono de todos los profesores y del ayudante, por las dudas. La lista estaba en mi casa al alcance de cualquiera que la necesitara, muy al alcance de los niños. Este es el comienzo de la peor parte: podría decirse que me hice adicta a llamarlo por teléfono. Y cortar, obviamente. Me parecía que estaba bien hacer eso, que algún día lo iba a conquistar por hacer eso pero ¡estaba completamente loca! Nunca hablé, no al principio. Solamente una vez me animé a hablar y fue la peor idea que pude haber tenido. Arrunié todo lo que, creía, estaba perfecto. Me lastimé, me escondí en mi misma. Todo para nada porque ni las llamadas anónimas ni eso, ni nada hizo que Diego se fijara en mi.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-57451792096234640012008-03-05T09:38:00.000-02:002008-03-05T09:42:30.694-02:00Anti-ageLa historia que voy a empezar a contar a continuación no la conoce nadie en su totalidad. Las personas que saben algo sobre todo esto que pasó, conocen una parte muy acotada, así que voy a aprovechar el anonimato que me da Internet para contar cómo fue todo.<br /><br /><br />El muchacho involucrado en esta historia se llama Diego. Lo conocí en una colonia de verano pero no me gustó en ese momento sino al año siguiente cuando dejé de verlo todos los días. El problema no era ese, era algo mucho más grave y que dificultaba muchísimo las cosas: la edad. Yo era muy chica y el me llevaba casi diez años. Cuando digo muy chica me refiero a que me faltaba mucho hasta para los quince años. En ese momento la diferencia de edad se notaba mucho, él era un hombre, era algo así como el ayudante de un profesor. Pasaba desapercibido ante todos. Yo era una nena como todas las demás que ibamos ahí y sería lógico pensar que, como tal, sentía atracción por alguien de semejante jerarquía, pero hasta el día de hoy creo que yo era la única que notaba su presencia ahí.<br /><br /><br /><p>Al año siguiente, cuando lo veía ocasionalmente y, muchas veces, de casualidad, me di cuenta que me había empezado a gustar. Mucho. Fantaseaba con la "loca idea" de estar enamorada de un chico tantos años mayor que yo, pero no me gustaba del todo eso. Porque sabía que nunca se fijaría en mi, que -como mucho- iba a tener que esperar hasta ser mayor de edad para que me dejara de ver como a una nena y para eso faltaba mucho tiempo.</p><p>Tiempo después de todo esto, me di cuenta que no estaba enamorada de Diego sino que estaba obsesionada con el, estaba loca. No puedo entender cómo siendo tan chica pude hacer las cosas que hice, o a lo mejor la edad me justifica. El caso es que esta historia la puedo contar gracias a un cuaderno que en aquel momento hacía las veces de diario íntimo en el que derramaba todos mis sentimientos y mis lágrimas por Diego. Ahí está contada la historia completa. Hace poco lo leí después de tanto tiempo y algunas cosas me hicieron reir de la vergüenza: no entiendo cómo pude ser capaz de hacer tantas estupideces! Pero ya se enterarán.<br /></p>Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-66026924162237277132008-02-25T11:46:00.004-02:002008-02-25T12:06:17.371-02:00Desechando oportunidadesHace unos años tuve una época en la que despreciaba a todo hombre que quisiera seducirme e invitarme a salir. Al principio quedaba encantada, como siempre, y esperaba que realmente me llamaran. Una vez que lo hacían y me invitaban a salir, ponía mil excusas para evitar ese destino. Pensarían que era una histérica, pero no: yo no tenía las más mínimas intenciones de volver a verlos. Histérica hubiese sido si me hacía la difícil y seguía buscandolos, pero no. El cansancio les ganaba y dejaban de llamar, yo quedaba satisfecha pero a medias.<br /><br />El problema era que ninguno cumplía con los requisitos básicos de aquel momento. Un problema más grave era que lo que yo buscaba en un hombre era que fuese igual a Tomás y eso era bastante imposible. Tomás era más grande que yo, dos años nada más, pero fue fundamental en nuestra no-relación. Nunca pasó nada más que un saludo o un rato charlando en la esquina pero yo estaba perdidamente enamorada de él y era todo lo que quería para mi. Por eso rechazaba a cualquier otro: si no lo tenía a el, necesitaba reemplazarlo con alguien igual, pero esa persona no existía.<br /><br />Obviamente mis amigas me querían matar. Por Alejandro, especialmente. Me gustó desde que lo vi, él me invitó a tomar algo, él avanzó, él me llevo hasta mi casa. Fue un caballero, sin dudas, y me gustó todo lo que hizo. Pero después me di cuenta que no me gustaba tanto como Tomás. Y como idiota me deshice sutilmente de él por ese motivo. Ahora me doy cuenta de las estupideces que hice por una persona que no solamente no sentía ni iba a sentir lo mismo que yo sino que prácticamente no me conocía ni me registraba. Si me saludaba era porque yo hacía lo posible por que me viera, si viajabamos juntos en el colectivo era porque yo calculaba la hora para tomarme el mismo que él, si nos cruzabamos... seguramente también habría sido planificado por mi. Muy pocas cosas fueron casuales y forzadas no servían.<br /><br />Me di cuenta después, tarde. Un día cuando recordaba, entre risas, aquellos desprecios sin motivos. Cuando recordé, después, el por qué de los desprecios, ya no me dio tanta risa. Más bien me di lástima.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-45094185299203545892008-02-15T09:46:00.002-02:002008-02-15T10:01:55.275-02:00Javi, Javier y yo (2)Deseando que la cita terminara seguimos caminando por la zona más centrica de mi barrio. Era sábado, al día siguiente era el día del padre y las calles y los negocios estaban atestados de compradores. Todos estaban apurados, nosotros no teníamos apuro pues no teníamos a dónde ir. Por eso fuimos por las calles más cerradas del barrio y fue cuando la cita se puso linda, por decilo de alguna manera. Dejamos atrás el quilombo propio de la ocasión y pudimos charlar en paz. De mil cosas, de la vida, de lo que ya habíamos hablado por chat mil veces, de todo. Cada tanto él metía alguno de sus comentarios fanfarrones pero la situación misma le restaba importancia.<br /><br />Casi sin darnos cuenta llegamos a la estación y él se tenía que ir porque se estaba haciendo de noche y, recordemos, tenía un viaje largo hasta la casa. Nos despedimos y justo cuando se estaba por ir, se arrepintió y me pidió un beso. Dudé pero accedí, después de todo, no podía hacerlo viajar al pedo e histeriquear al final de la cita. Nos besamos y juro que fue el beso más horrible que alguien me dio. Me deserotizó por completo. Por un momento pensé que esa cita podía terminar en un lugar más privado que una esquina pero ese beso arruinó ese y todos los posibles encuentros con Javier.<br /><br />Apuré "la cosa" y nos despedimos, ahora sí, de verdad. Me prometió que iba a volver a visitarme pero yo en lo único que pensaba era en sacarme de encima la sensación del beso asqueroso que me había dado. No lo logré sino hasta la noche, con otros labios, claro.<br />Después de esa vez, volvimos a chatear y él parecía haberse quedado encantado conmigo, pero yo no con él. Aunque ese encantamiento le duró poco, según parece, porque nunca volvió ni mencionó la posibilidad de hacerlo. Yo no me hice problema.<br /><br />Un tiempo después empecé a salir con otro chico, bastante más grande que yo. Nunca llegamos a ser novios pero la relación parecía venir en serio, salvo por unos detalles que terminaron siendo verdaderos problemas. En un principio no sabía si contarle a Javier o no sobre este chico, esquivé el tema cada vez que pude (porque él me preguntaba si no estaba con nadie cada vez que podía) hasta que una vez, en un chat, después de mandarme una lista de todas las cosas que se había comprado en la última semana, de los aumentos de sueldo que tuvo y tendía y de cómo se iba a hacer millonario trabajando en un cyber, me preguntó cuándo nos ibamos a volver a ver. "Nunca", le dije, "estoy saliendo con alguien. Tengo novio, Javi"<br /><br />No era mi novio, pero eso él no lo sabía. No dijo nada. Me preguntó un par de cosas como de dónde era, cuántos años tenía... se puso evidentemente celoso, la cercanía de esta nueva persona era una ventaja. Me dijo que era muy grande para mi pero que me deseaba lo mejor. Después de eso no hablé más con el, al poco tiempo hice limpieza en el messenger y él se fue con los contactos no deseados.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-6317805933886425602008-02-04T17:08:00.001-02:002008-02-04T17:25:20.969-02:00Javi, Javier y yoEsto tiene conexión directa con el post anterior. A Javier lo conocí por internet, en una sala tradicional de chat y la conversación empezó como una más, de esas en las que intercambiás preguntas típicas: de dónde sos, cuántos años tenés, etc, etc. Después de chatear un rato en la sala, intercambiamos direcciones de e-mail y nos agregamos a nuestros respectivos messengers. Charlamos mucho. Muchísimo. Descuidé muchas obligaciones por chatear con él hasta la noche muy tarde. Él trabajaba en un cyber así que no tenía mucho problema.<br /><br />Pasó más de un mes de hablar todos (pero todos) los días por messenger, por teléfono no porque teníamos un problema: vivía lejos y las llamadas eran de larga distancia. Teniendo en cuenta la extensión de nuestras conversaciones por internet, por teléfono no serían mucho menores, así que decidimos evitar la conversacion telefónica.<br /><br />Con el tiempo Javier se empezó a poner meloso. Me decía cosas lindas, cosas que yo me creía pero que no podía devolver porque a mi no me pasaban. Una noche me escribió un mail con muchas faltas de ortografía y muy mal redactado, según me dijo, estaba borracho mientras me escribía. El mail estaba lleno de declaraciones impensadas. Me decía que me quería, que era muy dulce y cosas por el estilo. Yo me sentía tan bien: no podía creer que un hombre estuviera sintiendo esas cosas por mi.<br /><br />Un tiempo después llegó el encuentro, por fin nos decidimos. Él no quiso hacerme viajar a ningún lado, ni siquiera a un punto intermedio entre su casa y la mía que está a más de veinte kilómetros. Un caballero, pensé. No sé cuántas horas viajó ni en cuántos medios de transporte, pero llegó. Ninguno de los dos podía creer tener al otro en frente, pero solo nos abrazamos cuando nos vimos. Caminamos mucho, charlamos, fuimos a tomar algo y me regaló un chocolate. Un chocolate enorme, de esos que están en los kioscos y nunca nadie compra porque son gigantes y muy caros. Eso me regaló.<br /><br />Mientras íbamos caminando prendió un cigarrillo que sacó de una cajita rara, no de las que venden en los kioscos. Sin que le preguntara nada me dijo que se la había comprado en España, era una edición limitada de no sé que marca de cigarrillos y que acá no se conseguían. El monólogo de su viaje a España duró como diez minutos en los que yo solamente pensaba "callate". En esa y otro par de oportunidades, aprovechó para ostentar sus logros, su plata, sus despilfarros, yo quería que la cita se terminara ya.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-34561868353883555172008-01-22T10:51:00.000-02:002008-01-22T10:59:45.457-02:00Mandame un e-mailMe asombra como una canción horrible puede ilustrar tan bien miles de situaciones. Esa canción que anduvo girando por las radios hace un tiempo, que decía algo como "mandame un e-mail si no te conectás al messenger".<br /><br />Durante, más o menos, dos años frecuenté el chat de Ciudad Internet en busca de... algo. Sinceramente, no estaba interesad en el levante. Al menos no exclusivamente en eso. Confieso que muchas veces, en momentos de desesperación y malaria, me puse a chatear con el primer tipo que aparecía y los resultados, en general, no eran muy satisfactorios. Ahora, a la distancia, después de tres o cuatro años de no entrar a una sala de chat, puedo decir que los "amores de internet" son los peores, que son falsos, efímeros, engañosos. Yo no creo esas estadísticas de parejas que viven felices por siempre después de conocerse chateando, mi experiencia no me lo permite.<br /><br />Tengo un par de historias de chat. Historias de fracasos amorosos, claro. También tengo historias de amistades por chat, esas son las más lindas pero no encajan mucho con el blog. Eso sí que lo creo: la amistad por chat. Puede durar poco, puede ser un simulacro de amistad, no amistad de verdad pero mientras dura es lindo. El "simulacro de amor" no, de eso siempre sali mal y prefiero no repetirlo jamás.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-72207717297737563422008-01-16T09:46:00.000-02:002008-01-16T10:02:53.684-02:00Amores de veranoLos amores de verano son algo muy particular. Durante las vacaciones vale todo, hasta olvidarse por una semana o más, de nuestra patética soltería. En vacaciones ser soltera es el estado civil ideal, todas queremos divertirnos y volver a casa sin culpas ni remordimientos. Ese es un lujo que solamente las solteras podemos darnos.<br /><br />A ningún hombre le importa que seamos unas fracasadas, ellos también quieren divertirse; y probablemente no lo volvamos a ver, así que ni vale la pena engancharse. Engancharse es un error muy grande. Muy pocas son las parejas que comenzaron como un amor de verano y duraron, es una ilusión de quinceañera creerse que de verdad él nos va a llamar y nos vamos a volver a ver cuando volvamos a nuestras vidas. Es cuestión de sentido común: si un hombre no nos llama después de un par de citas a pesar de decir "te llamo" ¿por qué nos va a llamar uno al que apenas conocemos y que, normalmente, vive a largos kilómetros de nosotras?<br /><br />El error de engancharme con un hombre que conocí en vacaciones lo cometí muchas veces y la que más lástima me di fue hace como tres años, cuando conocí a un chico que parecía ser perfecto: Dante. Estuvimos juntos toda la noche y no sé por qué estúpido motivo se me ocurrió preguntarle si tenía novia. No sé para qué, a mi qué me importaba? Me dijo que no y le creí como le creí todas las otras cosas que me dijo esa noche. Intercambiamos celulares para volver a vernos, encima vivía cerca de mi casa en Buenos Aires, era ideal.<br /><br />Al día siguiente le mandé un mensaje de texto para saber cómo andaba y cosas así. Me contestó y me pedía perdon por haberme mentido porque hacía no sé cuánto tiempo que tenía novia. No sé lo que le contesté, creo que ni lo pensé. Me molestó su mentira y me di risa, la culpa fue mia por creerme que podía llegar a encontrar a mi príncipe azul en un boliche y de vacaciones.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-53862092650983034502008-01-03T11:06:00.000-02:002008-01-03T11:09:56.327-02:00Suspensión por vacacionesPese a la poca vida que tiene el blog, esta noche me voy de vacaciones, por lo cual voy a dejar en suspenso la actividad de Historias de una perdedora. Cuando vuelva seguiré escribiendo y contando otras historias. Espero que los lectores aumenten y saber que escribo para alguien.<br /><br />También espero que estas vacaciones traigan algo nuevo, como el 2008 que a pesar de la borrachera que conté el otro día, empezó más que bien, con buenas noticias y nada más. No hace falta nada más cuando las cosas salen como una quiere.<br /><br />Novedades a la vuelta, ¡nos leemos en una semana o más!Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-58412018565594487702008-01-01T21:49:00.000-02:002008-01-01T22:00:00.765-02:00Feliz año les desea HepatalginaEmpecé el año de una de las peores maneras posibles: abrazada a un inodoro ajeno, vomitando toda la comida y la bebida ingerida durante la noche. Eran las dos de la mañana, mis planes de salir a divertirme, bailar y, con suerte, conocer a alguien quedaron para el olvido igual que la noche de fin de año.<br /><br />Me tomé todo, literalmente. Yo quería terminar con unos cuantos tragos encima y la alegría característica de cualquiera que se pasó de copas pero me pasé de más. Mi hígado me está odiando hasta este momento y con toda razón, le prometí muchas veces que no lo iba a hacer más.<br /><br />Hasta acá parece todo mal pero esta mañana, cuando por fin pude volver en mi, me di cuenta de que es el primer año que lo empiezo así y que, en una de esas, el 2008 me trae otras cosas nuevas. A juzgar por cómo empezó, es posible que no sean muy buenas pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Dicen.<br /><br />Por primera vez en un año nuevo me perdí de salir por estar completamente borracha y querer tirarme a dormir más que nada en el mundo. Nada de horribles pasas de uvas o bombachas rosas. Es la primera vez que no como pan dulce, que no como budín, que no tomo sidra la tarde del primero. Este comienzo de año cambiaron muchas cosas, por desesperanza un poco y por una borrachera un poco más. Como dije, espero que las cosas cambien, y que cambien mucho a lo largo de todo el año, o por lo menos hasta la próxima borrachera de año nuevo.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-67742366589174971802007-12-29T15:55:00.000-03:002007-12-29T16:17:21.725-03:00La historia del León IIEntre tantas vueltas que tenía, una vez León hizo algo que me descolocó por completo: en una conversación por <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">messenger</span> (no es un dato menor, es importante saber que fue por <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">messenger</span>), mientras <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">hablabamos</span> de bueyes perdidos, apareció un TE AMO. En rojo y mayúsculas.<br /><br />Nunca nadie me había dicho eso, así que no supe como reaccionar y me hice la <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">pelotuda</span>. Le dije que se dejara de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">joder</span>, que si había tomado se fuera a dormir y que seguro estaba con el Ruso y me estaban <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">boludeando</span>. "No, estoy solo" me dijo pero no le creí. Un chiste de ese tipo era muy común en el Ruso cuando León chateaba conmigo así que no tenía ninguna seguridad que no fuese una de sus bromas. Yo casi lloraba adelante del monitor porque estaba casi segura que era una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">joda</span> y no quería ceder ante eso.<br /><br />Me insistió para que yo le dijera lo mismo pero no le dije nada. Sí que me gustaba y eso lo dejó más tranquilo parece. Largó un "por lo menos..." o algo así y le dije que la próxima vez que tuviera algo tan serio para decirme que me lo dijera personalmente porque así las cosas no me gustaban. Unas semanas después lo vi. Ninguno de los dos dijo nada sobre esas dos palabras que aparecieron en el ventana del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">messenger</span> pero yo para asegurarme le tiré una indirecta, para saber si era cierto. Le salió muy bien hacerse el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">boludo</span>, o realmente no tenía idea de lo que le estaba diciendo.<br /><br />La historia termina bien a medias: en octubre o noviembre de ese año, fui a bailar al mismo lugar donde lo conocí, era el cumpleaños de un amigo y fuimos en grupo. Llegamos y cada uno hizo la suya. Mi amiga se encontró con su <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">ex</span> y yo me quedé sola hasta que lo vi a el. Charlamos, habremos estado hablando una hora o más hasta que me invitó a tomar algo. Al lado de la barra, con una cerveza en la mano me dio un beso. Lo que siguió a la noche es lo esperable, al menos esperable por mi. Le dije a mi amiga que me tenía que ir, que la veía otro día pero nunca supo que me fui con el. Nadie lo supo. Conozco el sermón de mis amigas, si les contaba me iban a decir que era una <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">tarada</span>, que después de todo lo que me hizo como se me ocurre irme con el, que es una mierda, que no se merece ni una lágrima <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_11">mía</span> y mucho menos una noche. Es todo cierto pero yo la pasé bien.<br /><br />Después de esa noche hablamos un par de veces más pero no nos vimos. Yo traté de no creerme nada, de quererlo como lo quise siempre pero de no enamorarme porque sabía que no podía esperar demasiado de él. Y parece que me funcionó el plan porque cuando me lo crucé y lo vi charlando muy pegado con otra mina, no se me movió un pelo. Por la cara que puso a él parece que si, pero ese no es asunto mio. Hace unos días me enteré que está de novio y muy enamorado, lo mejor que podía pasarme para cerrar una etapa, no intentar nada más y olvidarme por completo de él. Lo único que lamento es que en dos años de haber "estado juntos" solo haya pasado algo una vez.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-44451100423737412282007-12-28T10:48:00.000-03:002007-12-28T10:50:40.860-03:00La historia del León IHace unos años lo conocí a León. Era amigo de un chico que salía con una amiga mía. Lo conocí en un boliche un día que la acompañé a ella y "de casualidad" se encontró con su chico. Los amigos de la feliz pareja quedamos solos, cada uno por su lado, y se nos ocurrió la brillante idea de ponernos a charlar.<br /><br />Entre cervezas y cigarrillos me empezó a gustar. Mi estado al fin de esa noche fue de sobriedad absoluta, por lo tanto no pasó nada. Hablamos e intercambiamos direcciones de email para chatear algún día. Las veces siguientes que lo vi fue en circunstancias similares: siempre la feliz pareja al lado nuestro. Tuvimos una especie de cita con ellos que fue un fracaso absoluto, para el olvido. Las estupideces que hizo y las cosas que no hizo no hicieron que dejara de gustarme, siempre fui bastante boluda.<br /><br />En los meses que siguieron nuestra "relación" fue de histeriqueo. Debo reconocer que fue mutuo en un principio pero me terminó ganando. Había pasado un año de conocernos y nada entre nosotros. No podía decir que eramos amigos, no puedo decir que seamos amigos. Eramos más bien como conocidos que se tenían ganas. Eramos "el amigo del Ruso" y "la amiga de Mery" como una combinación inseparable.<br /><br />Yo ya me venía cansando bastante de sus vueltas pero a pesar de que no hubiera pasado nunca nada, de no habernos tocado un pelo jamás, yo seguía esperandolo. Esperando que se despertara y se diera cuenta de una vez de lo que me pasaba y siempre sospeché que él estaba igual que yo. El problema era que si los dos eramos iguales, no ibamos a llegar a ningún lado. Me hacía escenas de celos divertidas, no de esas que cansan y decís "basta flaco, no sos mi novio aunque me gustaría". Me decía que él tenía que aprobar la ropa que me ponía para salir, se la describía por teléfono y me contestaba, siempre, "muy bien, llevá forros", cosa que me molestaba enormemente. Quería creer que me estaba cargando o que me iba a venir a buscar.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8665661244946004280.post-89186504075508288692007-12-27T16:10:00.000-03:002007-12-27T16:30:47.593-03:00Presentación formal.Después de leer otras cosas similares en la web, decidí abrir mi propio diario virtual para escribir sobre mis fracasos. No solamente estoy agregando un blog más a la red, este es otro blog de una perdedora de más de veinte años contandole a miles de desconocidos la hisotoria de su frustrada vida.<br /><br />Tengo un trabajo que no me gusta y donde me aburro, la relación con mis compañeros es básica y distante: no somos amigos, no nos llevamos mal. Compartimos un espacio, eso es todo. Por el contrario, mi carrera es todo. No tiene nada (pero absolutamente nada) que ver con mi trabajo y espero poder abandonar esto pronto y dedicarme a "lo mío".<br /><br />Ese no es el problema, en lo laboral me va bastante bien. El problema es el ámbito sentimental de mi vida. Soy soltera y es probable que eso se mantenga durante mucho tiempo si no hago algo urgente al respecto. Reniego del matrimonio y los hijos, pero nunca nadie me escuchó decir que quisiera estar sola porque jamás lo dije y no hay nada más alejado de mis deseos. Yo veo pasar la vida de los demás mientras la mia va sola del trabajo a la facultad y de la facultad a mi casa.<br />En pocas palabras, soy la amiga copada de todos. La que da consejos, la que siempre está cuando las demás se pelean con sus novios, la que siempre va de frente y muchas virtudes más que la mayoría de las veces no sirven para nada.<br /><br />Como cualquiera de las mujeres que publican sus diarios íntimos en internet, estoy excedida de peso y no soy linda, puedo aceptarlo. Las mujeres lindas no tienen nuestros problemas. Ellas sufren desamores igual que cualquier mujer pero su hombre siempre va a estar para ellas o intentando recuperarlas. Y saben que si no es así, pueden tener a cualquier hombre que ellas quieran. Una de las diferencias entre ellas y nosotras es que nosotras nos conformamos con el menos peor y para ellas el menos peor no existe. Pueden encerrarse un domingo a llorar y devorar helado como bestias y al otro día llegar a la oficina con ojeras y despeinadas que todos les van a preguntar qué les pasó, si nosotras llegamos así nadie pregunta porque se sabe qué paso.<br />Sin embargo, esas cosas no me impidieron tener a un hombre por dos o tres citas. Siempre el menos peor, claro, pero ya dije que nosotras nos conformamos con eso. El problema es que no se quedan. Se aburren, se van, no me llaman, me dejan plantada y nunca más aparecen, ni siquiera para decir una mentira de por qué lo hicieron.Blancahttp://www.blogger.com/profile/07934324555836324715noreply@blogger.com3